En libertad, las tortugas terrestres mediterráneas tienen una dieta que varía según la disponibilidad y la estación del año pero por regla general contendrá un alto contenido en calcio (calcio:fósforo sobre 3,5:1, incluso más en ecosistemas desérticos). La composición de su dieta en libertad podría ser 3% de Proteína, 0,4% de grasas y 15% de fibra (G. Rubio 2006).
No debe proporcionarse alimentos ricos en grasas ni proteínas. Si los alimentos son demasiado nutritivos se producirá un acúmulo de grasas que pueden producir complicaciones durante la hibernación, además de deformidades en el caparazón o problemas hepáticos.
Buscamos un crecimiento de caparazón lo más liso posible.
En cautividad deben alimentarse en exclusiva de vegetales con un alto contenido en calcio (recomendable una relación calcio:fósforo 2:1) y fibra.
Los alimentos envasados de supermercado contienen mucha agua y son pobre en fibra.
No es recomendable abusar de vegetales fácilmente digeribles como la lechuga. Esto provoca una digestión demasiado rápida que puede provocar problemas digestivos y diarrea, lo cual parece favorecer las infestaciones de parásitos. Además estas dietas basadas en alimentos "blandos" provocan a menudo el conocido "Pico de loro" (sobrecrecimiento del maxilar superior debido a la falta de desgaste) pudiendo impedir la correcta ingesta de alimentos en casos avanzados.
Sobrecrecimiento del maxilar en Testudo hermanni.
Resulta mucho más adecuada una alimentación basada en plantas silvestres. Por citar algunas:
- Achicoria silvestre (Cichorium intybus)
- Cerraja (Sonchus oleraceus)
- Malva silvestre (Malva sylvestris)
- Diente de león (Taraxacum officinale)
- Llantén (Plantago major)
- Trébol blanco (Trifolium repens)
- Morea (Morus alba)
- Parra (Vitis vinifera)
- Chumbera (Opuntia sp.)
- Jaramagos (Sisymbrium, Diplotaxis, Rapistrum)
La morea es muy abundante desde primavera hasta bien entrado el verano.
En épocas en las que resulte difícil recolectar plantas silvestres puede resultar especialmente útil la Escarola (Cichorium endivia) aunque también pueden ofrecerse otros vegetales adquiridos en el supermercado como son:
- Berros (Nasturtium officinale)
- Hojas de Nabo (Brassica rapa)
- Endibia (Cichorium intybus)
La Lechuga romana (Lactuca sativa) puede ser útil para hidratar o incitar a comer a un animal inapetente pero no debemos abusar ya que su contenido nutricional es escaso.
La Col Blanca o Lombarda, el Brócoli, la Coliflor (Brassica oleracea) pueden provocar una gran cantidad de gases por lo que solo las utilizaremos de vez en cuando para variar la dieta.
Puede ser buena idea espolvorear estos alimentos con Calcio y plantas silvestres secas y trituradas que habremos podido preparar en épocas de fácil recolección. Esta mezcla aportará nutrientes y fibra a la dieta de nuestras tortugas en épocas de escasez silvestre.
Aunque hay quien afirma que en libertad, las tortugas consumen plantas bastante venenosas sin sufrir efectos negativos (H. Vetter, 2006), consideramos un riesgo innecesario ofrecer este tipo de alimentos en cautividad.
Debemos evitar:
- Espinacas (Spinacia oleracea)
- Acelgas (Beta vulgarisvar)
- Verdolagas (Portulaca oleracea)
Aunque muchos aficionados recurren a piensos comerciales, habiendolos de gran calidad, nunca serán un sustituto de las plantas silvestres, ya que contienen alta proporción de grasas y proteínas.